Sevilla es uno de los lugares más visitados de España
Y es que Sevilla es una de las ciudades más admirables para visitar en cualquier época del año.
Sevilla, dice la canción:"tiene un color especial"
Esa luz que la distingue, y que la hace única, permite disfrutarla en primavera, en verano, en otoño o en invierno.
Sevilla en primavera es especialmente bonita. Los parques y jardines se llenan de aromas y colores que despiertan los sentidos, la Feria de Abril nos desborda de belleza y diversión y en la Semana Santa, el viajero puede contemplar cómo se aúnan las expresiones más sentidas de fervor religioso y las manifestaciones artísticas más espectaculares del mundo.
El tiempo en esta época suele ser variable, pero en esta ciudad aunque llueva, la lluvia en Sevilla, siempre es una maravilla, como reza el refrán.
El único inconveniente que podríamos citar es que en primavera nos encontraremos con más aglomeraciones, bullicio, colas y los precios pueden ser más elevados en algunos establecimientos.
El verano sevillano y sus conciertos en el incomparable marco del Real Alcázar es casi una visita obligada para los amantes de la música clásica.
La música y la espectacularidad del entorno: varios palacios y jardines, son razones de peso para disfrutar de estos eventos.
El mayor inconveniente es el calor. En verano, si visitamos la ciudad, debemos evitar salir a las horas en que los termómetros marcan las mayores temperaturas y acomodarnos en lugares frescos. Pero, cuando el sol se va Sevilla despierta y se llena de gente que aprovecha el frescor de la noche paseando por sus plazas y parques.
El Parque de María Luisa, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, es ideal para pasear y relajarse, incluso se puede alquilar una barca para navegar por los canales.
En otoño todavía hace un tiempo y unas temperaturas muy agradables para recorrer la ciudad. Todavía hay mucha luz y los días son aún largos para disfrutar visitando los innumerables rincones de la ciudad.
Entre ellos destaca su famosa Torre del Oro, una torre junto al río Guadalquivir que tomó su nombre por el brillo dorado que desprenden sus azulejos cuándo se reflejan en el río. En esta época, acompañados por la luz de Sevilla se pueden pasar unos días inolvidables.
El invierno, junto al Guadalquivir, es el momento más tranquilo del año
Los días son más cortos y los horarios de visitas a los lugares más emblemáticos también, ello nos limita lo que podemos ver, pero podemos aprovechar que hay menos aglomeraciones para visitar lugares con tanta historia como la Catedral o la Giralda.
La Catedral de Sevilla, construida sobre una antigua mezquita, es un monumento del siglo XV declarado Patrimonio de la Humanidad.
La Giralda está enclavada en la Catedral y fue el minarete de llamaba a la oración en la época almohade.
En el interior de la Catedral se pueden contemplar obras de Murillo y Zurbarán.