OCHO PLAZAS SEVILLANAS QUE NO TE PUEDES PERDER (PARTE I)

Monumentos

Si no sabes qué puedes hacer en Sevilla, hoy vamos a ayudaros a pasear por las plazas de la ciudad y sus edificios más importantes.

Debido a la importancia de los lugares de los que os vamos a hablar, el artículo de hoy estará dividido en dos partes para que no os perdáis ningún detalle de todo lo que podéis descubrir en 8 de las plazas más importantes de Sevilla, revelando qué monumentos se encuentran en cada una y cómo, cuándo y a qué precio podéis visitarlos.

A pesar de que algunas plazas tienen un origen medieval o moderno, José I Bonaparte va a jugar un papel fundamental en la configuración actual de los grandes espacios abiertos sevillanos dado que durante el corto periodo francés, el hermano de Napoleón planteó una serie de reformas urbanas para hacer de Sevilla una gran ville, proyecto que continuaría a lo largo del siglo XIX y que iremos descubriendo en la descripción de las protagonistas de hoy.

 

1. Plaza de la Encarnación.

En la plaza de la Encarnación vamos a apreciar la influencia francesa puesto que la reforma de este recinto forma parte del plan urbanístico de José Bonaparte, tras aprobar el derribo del convento que ocupaba el lugar y los edificios aledaños para crear un mercado, aunque dicho mercado no será inaugurado hasta pasados 30 años.

Tras sufrir varias desgracias, como el hundimiento de parte de las naves y una inundación por una riada del Tamarguillo, en 1973 se ordena la destrucción del mercado ante el estado de ruina en el que se hallaba, dejando algunos puestos en una esquina de la plaza.

Entre 1999 y 2003 se crea un nuevo proyecto de mercado que incluiría un parking subterráneo, proyecto que quedará estancado durante varios años al hallar valiosos restos de la antigua Híspalis, desenterrando el yacimiento romano más importante del centro histórico.

Será en el año 2004 cuando se plantee un concurso a nivel internacional para obtener ideas de cómo acabar con el estado de abandono de la plaza, ganando el arquitecto Jürgen Mayer con su proyecto Metropol Parasol, conocido a día de hoy como “las setas” por la forma de hongo que tiene el edificio.

Por supuesto la nueva reforma no afectó a la fuente de la plaza de la Encarnación, construida en el siglo XVIII y considerada la fuente más antigua de la ciudad.

A día de hoy nos encontramos en el sótano con el Antiquarium, un pequeño museo que contiene los restos romanos encontrados durante la construcción del fallido parking, una plaza de abastos rodeada de bares a ras de suelo, una plaza en altura, y por supuesto, el espectacular mirador donde los atardeceres de Sevilla se hacen mágicos.

Es uno de los lugares donde lo antiguo y lo moderno se mezcla con lo contemporáneo, y que se puede visitar con un pequeño coste, siendo independiente la entrada al mirador de las setas de la entrada al museo.

El horario de acceso al mirador de Metropol Parasol (conocido por supuesto como mirador de las Setas o incluso mirador de la Encarnación) es de domingo a jueves de 10.00 a 23.00 y viernes y sábado de 10.00 a 23.30. La entrada está en el sótano, junto al Antiquarium. El precio es de 3 euros por persona, incluyendo una consumición gratuita en uno de los bares del edificio. No aceptan pagos con tarjeta.

Los horarios de vista al Antiquarium son de martes a sábado de 10.00 a 20.00, domingos y festivos de 10.00 a 14.00, siendo el precio 2 euros y cerrando la venta media hora antes del cierre. Es un lugar imprescindible para viajar al pasado.

 

2. Plaza del Duque

El nombre original de esta plaza fue Plaza del Duque de la Victoria al encontrarse aquí el palacio de dicho noble en el siglo XVI.

Aunque en su origen fue plaza con una categoría muy importante, rodeada de palacios e iglesias, en el siglo XVIII va a reflejar las consecuencias de la pérdida de la economía americana y de una terrible oleada de peste.

En el siglo XIX se le cambia el nombre por el actual, Plaza del Duque de la Victoria, en honor al general Espartero, y durante un breve periodo de la Guerra Civil se le llamó “Plaza del General Queipo de Llano”, volviendo posteriormente a llamarse Plaza del Duque de la Victoria, aunque todo el mundo la denomina simplemente Plaza del Duque, reformando ahora este emplazamiento de forma muy positiva. Por ejemplo, se añadirá un teatro en lo que antaño fuera la Iglesia de San Miguel, y la primitiva

fuente del siglo XVI se sustituye por la escultura de Velázquez que podemos ver hoy, realizada por Susillo.

En la segunda mitad del siglo XX, los palacios que se habían construido en la primera mitad de ese siglo volverán a ser destruidos para dar cabida a edificios comerciales, los cuales perduran hasta la actualidad.

Es muy popular el mercadillo de artesanías que tiene lugar en la Plaza del Duque, colocando los puestos de miércoles a sábados, y abriendo de 9.00 a 21.00, aunque por supuesto el mercadillo del duque tiene perfiles en redes sociales donde podréis consultar cambios puntuales y cambio de horario verano/invierno.

 

3. Plaza Nueva

La Plaza que se encuentra a los pies del Ayuntamiento de Sevilla, en la Edad Media fue un humedal que tras su desecación se convertirá en un cementerio, aunque es por todos conocida por albergar el gran Convento franciscano del siglo XIII, del cual se conserva a día de hoy una capilla dedicada a San Onofre en uno de los laterales de la plaza.

No obstante, este convento va a sufrir daños durante la invasión napoleónica, siendo completamente arrasado por un incendio posterior, momento en el cual se plantea la demolición completa del edificio para construir una plaza, proyecto que se demorará hasta 1840. A pesar de que se inaugura con el nombre de Plaza Nueva en 1852, no estaba completamente finalizada.

Plaza Nueva va a cambiar de nombre en varias ocasiones desde su creación, denominándose en el siglo XIX “Plaza Infanta Isabel”, “Plaza de la Libertad”, “Plaza de la República”, “Plaza de la República Federal” y “Plaza de San Fernando”. Tras ser bautizada con tan dispares nombres, en 1931 se vuelve a llamar Plaza Nueva, nombre oficial hasta el día de hoy.

En el siglo XX se establecerá una escultura en el centro de la plaza para honrar a Fernando III el Santo.

La entrada al Ayuntamiento de Sevilla está en esta misma plaza, edificio para el que se pueden concertar visitas de lunes a jueves a las 19.00 o a las 20.00 con un coste de 4 €, o el sábado a las 10.00 de forma completamente gratuita. Es obligatoria la reserva desde la web del Ayuntamiento.

Y por supuesto, si quieres descubrir el centro histórico sevillano, nuestra empresa, Sevilla Free Tours, ofrece visitas guiadas que empiezan en la Plaza Nueva

todos los días a las 10.00 de la mañana donde nos encontrarás con un paraguas amarillo, ruta en la que tú decides el precio y de la que puedes encontrar más información en esta misma página web, www.freetoursevilla.es

 

4. Alameda de Hércules

La Alameda de Hércules constituye uno de los espacios más vivos de la Sevilla actual, albergando bares de todos los estilos y precios, encontrando desde bares tradicionales hasta bares de copas, pasando por la cocina moderna, la repostería y cadenas de restaurantes.

No obstante, el origen de este enclave Sevillano no se encuentra en una callejuela estrecha de época musulmana que se amplía con la reforma francesa, sino que su evolución será mucho más interesante, debido a que lo que ocupó este territorio durante siglos fue un meandro del río Guadalquivir.

La Alameda de Hércules fue un cauce del río que se encontraba extramuros en época romana, en época musulmana ya es una laguna que en el siglo XII pasa a estar dentro de la muralla. Durante largo tiempo recibió el nombre de Laguna de Feria, por la cercana calle, y fue un lugar donde se comerció con productos agrícolas procedentes del río así como con productos de mimbre elaborados con las plantas que crecían tanto en las orillas del Guadalquivir como de la propia laguna. Se piensa que esta labor comercial da origen al actual mercadillo del Jueves, seña de identidad de la zona a día de hoy.

Pero la vida del lago va a ponerse en entredicho debido al estancamiento de las aguas y los residuos que se arrojaban al mismo, siendo un foco de enfermedades desde el siglo XV, aunque hasta finales del siglo XVI no se plantea su saneamiento.

El Conde de Barajas se encargará de la reforma que comienza en el año 1574, desecando y rellenando la laguna, y plantando una hilera de Álamos.

La plaza está presidida por dos columnas de época romana desde el siglo XVI coronadas una con una escultura de Hércules y la otra con una escultura de Julio César, considerados respectivamente fundador mitológico e histórico de la ciudad hispalense. En el siglo XVIII se añaden otras dos columnas en el otro extremo de la plaza, cada una con un león en su parte más alta.

En el siglo XIX la Alameda de Hércules ya no será un espacio para la alta sociedad, muy al contrario, empezará a ser frecuentada por clases bajas y se desarrollarán aquí actividades más oscuras.

Ya a principios del siglo XXI, esta famosa plaza será sometida a un cambio radical, pasando de ser aquel lúgubre espacio a uno de los sitios preferidos por diversos sectores de la sociedad, donde se encontrará todo tipo de ocio porque además de los citados bares, podéis encontrar aquí cines, librerías, teatros e incluso un centro deportivo. Sin duda alguna, la Alameda de Hércules es uno de los lugares imprescindibles para visitar en Sevilla para todos los públicos.

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