El retablo mayor de la Catedral de Sevilla, de 27,8 metros de altura y tallado e instalado entre 1481 y 1564, ha recuperado su esplendor, y en especial sus tonos dorados, gracias a una laboriosa rehabilitación acometida durante más de dos años por un equipo de 16 profesionales especializados. Tras una inversión de más de 1,62 millones de euros sufragada por el Cabildo Catedralicio, el retablo mayor volverá a ser visible poco antes del Corpus Christi, después de que haya finalizado el desmantelamiento de los andamios instalados para los trabajos de recuperación.
El deán de la Catedral de Sevilla, Teodoro León Muñoz, acompañado por los veteranos restauradores Fernando Guerra-Librero, Teresa Laguna y Juan Aguilar Gutiérrez, ha presentado este miércoles el resultado de la restauración del retablo mayor de la Catedral de Sevilla, una labor acometida desde 2012 por la empresa especializada Ágora S.L. con un equipo de 16 restauradores, historiadores, aparejadores o carpinteros y que ha contado con una inversión de 1.622.601 euros sufragada por el Cabildo Catedralicio mediante los ingresos por visitas turísticas cosechados por la institución.
TRABAJOS CONTRA LA EROSIÓN Y LA HUMEDAD
Las labores de restauración han partido de los trabajos de rehabilitación acometidos a finales de los años 70 del pasado siglo y, como han explicado Fernando Guerra-Librero, Teresa Laguna y Juan Aguilar Gutiérrez, han contrarrestado la “erosión”, las faltas y los repintes del artesonado de madera, así como los efectos del polvo y la humedad. Durante un total de 26 meses de intervenciones, así, el equipo de profesionales ha consolidado los elementos desprendidos, fijado los estratos de dorados y policromías exfoliadas de la madera y retirado los barnices oscurecidos, colas oxidadas y antiguos repintes alterados cromáticamente.
Gracias a estas actuaciones, la “gran Biblia en imágenes de madera” que constituye el retablo mayor del templo catedralicio recupera su esplendor y su aspecto de “retablo dorado”. Los trabajos, además, han incluido actuaciones de impermeabilización y consolidación en la bóveda del presbiterio, así como ajustes en las conducciones de electricidad, audio y vídeo y la recuperación de las dos vidrieras de Jean Jacques instaladas en junio de 2013, si bien queda “pendiente” la instalación de una nueva iluminación artística en esta joya del Arte renacentista que conserva no obstante rasgos del gótico tardío.
El retablo mayor, de cualquier modo, podrá ser contemplado nuevamente, pero esta vez con toda su proyección áurea, en las “vísperas” del Corpus Christi, una vez finalice el desmantelamiento de los andamios instalados para permitir los trabajos de restauración, por el retablo roza los 28 metros de altura, y la lona que cubre dicho andamiaje.
(Fuente EuropaPress)