No hemos terminado con las torrijas de Semana Santa cuando la Feria de Abril llama a nuestras puertas para traer alegría a la ciudad, aunque este año el calendario no haga honor a su nombre al comenzar en mayo. Y es que si venís de visita a Sevilla, tenéis que conocer la Feria.
Los orígenes de la feria tal y como la conocemos a día de hoy se remontan al siglo XIX, época de Isabel II. En este momento la capital andaluza venía sufriendo penurias de diversa índole cuando a dos concejales, José María Ibarra (vasco) y Narciso Bonaplata (catalán), se les ocurrió presentar un proyecto para recuperar las ferias de ganado de abril y septiembre que allá por el siglo XIII instaurase el rey Alfonso X el Sabio. En septiembre de 1846 se aprobó la feria de abril, no llegando a celebrarse la de septiembre, y se inauguró por primera vez en época moderna el 18 de abril de 1847.
El recinto de la primera feria fue el Prado de San Sebastián, y contaban con espacios sombreados y con refrigerios para tener descansos y cerrar negocios, momentos que aprovechaban para cantar y bailar.
Se dice que a la primera feria de abril de Sevilla, que tuvo tres días de duración, fueron más de 25.000 personas, éxito que consiguió consolidar esta fiesta e ir ampliándola poco a poco. Sólo se interrumpió la feria de abril dos años durante la guerra civil. Con el tiempo, el carácter mercantil de este encuentro fue desapareciendo y quedó la parte festiva que conocemos a día de hoy, donde esos espacios sombreados se convirtieron poco a poco en casetas que son una especie de bares de lona con ambientación típica sevillana, donde la música y el vino de la tierra van acompañándonos continuamente.
La popularidad de la feria hizo que el recinto de el Prado de San Sebastián se quedase pequeño, siendo trasladado a la zona de los Remedios, emplazamiento actual, en 1973. Las calles tienen nombre de toreros, y detrás de cada nombre podéis leer una pequeña biografía del personaje en cuestión.
A día de hoy, el lugar destinado a la feria ocupa 1.200.000 metros cuadrados, contando con la calle del Infierno (zona de atracciones), la zona destinada a casetas y los aparcamientos. Hay casetas tanto de carácter privado como público, puestos en las calles…un sinfín de alternativas y opciones para descubrir esta fiesta tan popular, que en mi infancia y juventud se inauguraba oficialmente la madrugada del martes al miércoles con “el alumbrao” del recinto, y actualmente este encendido oficial se realiza del sábado al domingo, ganándole días a la semana más deslumbrante del año.
Si vienes a Sevilla este 2019 entre el 5 y el 12 de mayo, no dudes en pasearte por el Real de la Feria, aunque sólo sea por ver el colorido, los trajes de flamenca, los farolillos y el espectacular ambiente que hay en el recinto. Y si os animáis a entrar en alguna de las casetas de libre acceso, no dudéis en probar el rebujito, vino fino (manzanilla) con sprite que ayuda a combatir las altas temperaturas de la forma más dulce.
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