Con los años de experiencia en el mundo del turismo de Sevilla me he dado cuenta de lo equivocada que viene la gente a visitar Sevilla y la “decepción” que se llevan al visitar Triana si no tienen claro el tipo de barrio ante el que se encuentran.
Triana es un barrio formado principalmente por su gente, su alegría y su carácter. Conocer Triana no es perderte por sus calles, es hablar con sus vecinos y que te cuenten sus historias, los hitos y hechos que acontecieron por sus plazas, visitar Triana no es hacer fotos de Santa Ana, es pasar por una calle con la cámara de fotos al hombro y hacer una foto de una charanga de una tasca y por hacerla con gracia que te inviten a pasar.
Las gentes de Triana representan al verdadero sevillano, donde el flamenco no se paga a 25€ en un tablao a las 20 horas, si no que se encuentra en un cumpleaños el jueves por la tarde cuando aparece una guitarra. Si al visitar Triana pretendes que te deje boquiabierto con sus monumentos estás muy equivocado, porque Triana no tiene unos grandes monumentos, el monumento es Triana en sí, sus gentes y su arte.
Los corrales de vecinos, ese que se está perdiendo es la verdadera alma del barrio de Triana, los protagonistas, la música, el cante y el baile flamenco que sonaba hasta la madrugada entre corrala y corrala de vecinos, de potaje en potaje, se celebraba que se había comido un día más cuando la vida no iba de iPhone o Instagram, si no de pasión y arte flamenco, y que era un índice de salud y felicidad.
Y de los corrales y la música, al campo y a los animales, Triana era y es labranza, cultivo, pesca y ganadería y de la ganadería de Triana a los toros y a otro arte que ahora oscurece a la cultura porque hemos evolucionado, los toros, esos toros que enfrentaron a Sevilla y a Triana, con Joselito el gallo y Juan Belmonte en muchas tardes sobre la arena de la Maestranza y muchas otras plazas con solera.
Y a la hora de visitar Triana hay muchos más artes que el flamenco, existe la arte-sania de la cerámica y la azulejería que se plasma en la calle alfarería, donde siempre se le sirvió a los señoritos sevillanos, azulejería de Triana y barro del arenal, al servicio de las familias nobiliarias y hoy al Turismo de Sevilla en las casas palacio que se pueden seguir visitando.
Visitar por ejemplo la Casa de Pilatos o visitar el palacio de Dueñas significa empaparte de la cerámica y el noble y bizarro oficio del barro de Triana. También puedes visitar el Real Alcázar, o la Casa de los pinelo en el barrio de Santa Cruz y también en la Judería de Sevilla la Casa-Palacio de los Mañara. Y por último aunque no menos importante la Casa de la condesa de Lebrija o el Palacio de los Marqueses de la Algaba
Aunque hablando de monumentos es obvio que Triana tiene muchos lugares y rincones que merece la pena conocer y visitar, y aquí en este otro artículo os mencionamos los principales.
Principales monumentos de para visitar en Triana
Por último y sin falta no puedes perderte nuestra visita guiada Free Tour donde hablamos sobre todo esto y mucho más.